“Exponer” ante el salón
de clases y frente al profesor es un acto al que muchos temen. Sin embargo, es
importante asumir el reto y prepararte de la mejor manera para realizar una
exitosa exposición.
La mejor forma de elevar tu conocimiento y tener
confianza en ti mismo en el aula, es a través de “la exposición”, y hablar en
público es habitual en innumerables carreras y situaciones cotidianas, razón
por la cual profesores y maestros recurren a esta técnica con frecuencia. Lo
básico es lograr hacerlo con elocuencia siendo capaz de comunicar el
conocimiento adquirido a través de la investigación, así como también de
agradar, convencer y conmover a los demás.
El primer paso para preparar una exposición oral
delante de un grupo de personas es tener una buena preparación, misma que
comienza con la recopilación de información proveniente de diversas fuentes.
Cuando este proceso culmina, redactas el trabajo a exponer y a partir de allí
tendrás el material fundamental que darás a conocer en tu exposición.
Lo ideal es que la exposición se ajuste a tres
partes:
Introducción
Debe ser breve y concisa. Se aconseja en primer
lugar, agradecer al público presente, luego realizar una pequeña presentación
personal, aclarar el tema del que se va hablar y comenzar con una anécdota o
pregunta relacionada para romper el hielo y despertar la simpatía de los
asistentes.
Desarrollo
Es la parte central de la exposición. Debes
procurar dar la información en orden lógico, intercalando anécdotas, sucesos,
curiosidades, etc. No memorices estrictamente la exposición ni te limites sólo
a leer. Hablar como un robot no es la forma más idónea para exponer un tema.
Recapitulación y conclusión
Deberás hacer un rápido resumen del tema y alguna
propuesta. Darás la conclusión y te despedirás agradecido, procurando que sea
impactante. En este momento sí se aconseja memorizar para garantizar brevedad y
concisión.
Otros consejos importantes
Aquí tienes una serie de reglas, consejos e ideas
básicas para aprender hablar en público:
1.-Informarte bien sobre el contenido del
tema, identificando los componentes más difíciles.
2.- No improvises, ensaya tu exposición
tantas veces como sea necesario. Hacerlo te dará seguridad y fluidez. Practica
especialmente el principio y el final. Recuerda que la audiencia realiza la
primera y más importante valoración al principio.
3.- Procura familiarizarte previamente con el tipo
del personas que van a formar el auditorio (profesiones, procedencia, etc) y
mientras hables, mira siempre al público. Si puedes fomentar la
participación, favorecerás la compresión del tema.
4.- Evita moverte demasiado, así como jugar con
papeles o un bolígrafo. Esto denota desconfianza y nerviosismo. Igualmente prescinde
de tus “tics” (tocarse el pelo, quitarse y ponerse las gafas, etcétera) y
procura mantener una postura cómoda, relajada y confiada.
5.-Dirige tu mirada, mientras estés
exponiendo, a todas las personas distribuidas en la sala. Si mantienes la
mirada fija en el papel, en el suelo o en el techo es signo de inseguridad.
Provoca desconfianza y falta de atención en los participantes.
6.- Habla despacio y con la mayor claridad.
La voz debe salir viva y agradable. Recurre a un vocabulario sencillo, pues
mientras más claro y conciso mejor.
7.- Utilizar apoyos visuales (imágenes,
gráficas, etcétera) para dar consistencia a la exposición. Recuerda que un buen
soporte mejora el interés y la comprensión de la audiencia.
8.- Relaja a tu audiencia apelando al humor,
de esta forma eliminarás la rigidez y la monotonía manteniendo la atención y el
interés del público. No se trata de que seas muy chistoso, pues utilizar este
recurso ansiosamente te haría caer en lo ridículo, sino de hacerlo en pequeñas
dosis, en forma de ocurrencias.
9.- Si llegases a tener un debate final, habla con
firmeza y sé directo. Para generar más confianza en tu presentación,
puedes preparar posibles cuestiones que se pueden presentar y sus respuestas,
así como leer citas para apoyar el discurso.
10.- Mantén el entusiasmo para captar la
atención del público. Evita la monotonía del tono y si la exposición es larga
permite un descanso a la audiencia. También puedes recapitular si el tema es
largo o complicado.
12.-Cuida tu aspecto físico, acudiendo a la
cita bien vestido y cómodo. Llega con antelación y relájate.
13.- Al finalizar recuerda brevemente lo más
importante y aclara las posibles dudas que se hayan suscitado. No olvides
agradecer al público por su asistencia o, en su caso, por la atención prestada.
Recuerda que el “arte” de hablar en público puede
determinar en gran medida el éxito profesional. Hacerlo es una destreza que
puedes desarrollar y dominar. Simplemente es cuestión de preparación y
práctica.
Fuente: www.ciens.ucv.ve/
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